lunes, 31 de diciembre de 2012

Es tiempo de entrar en la realidad

Es tiempo de entrar en la realidad. Nos creamos múltiples sueños que nos prometían futuros paradisíacos, salidas al sufrimiento presente, niveles superiores de existencia, etc.   ...pero la última fecha de ese advenimiento tan promisorio ya pasó sin gran novedad: el 21/12/12.
Un cúmulo de idealizaciones nos movieron a creer que podría haber un cambio radical en algún momento gracias a cierto acontecimiento venido de fuera: un rayo cósmico, una intervención extraterrestre, un salto de dimensión, una "nube de fotones", la manifestación de "seres de luz", etc. Pero nada externo llegó, y todo sigue igual y empeorando. Es momento de hacer algo ya en serio, a partir de soltar todo aquello que nos mantiene en esta inercia.
A los seres humanos nos encanta fantasear, tocar las causas reales de nuestros sufrimientos suele ser algo tan doloroso que mejor nos construimos un cuento en el que todo ello tiene algún sentido. Pero no hay de otra: hay evidencias de que algo no está funcionando dentro del actual sentido de las cosas, los "males" están invadiendo nuestras vidas: pobreza, violencia, mentira, fraudes, opresión, etc. en el aspecto social, pero en la naturaleza la invasión es aun más fuerte: destrucción de ecosistemas que está generando un cambio enorme y radical en las posibilidades de vida en el planeta. Estamos en serio peligro de seguir igual y no hay nadie que pueda venir al rescate, un superman no llegará, habremos de salir por nosotros mismos.

El problema es ciertamente complejo, pero me gustaría dejar algunas ideas básicas al respecto. En particular: atender las causas nodales, y enumeraré algunas de ellas.

Nos encanta fantasear, superémoslo

Tal vez sea nuestra esencia humana la creación de relatos. Sí, pero seamos claros: los relatos son eso: cuentos con los que nos explicamos el mundo. El problema es cuando nos los creemos literalmente. 
Lo pongo con un simple ejemplo: el relato de Adan y Eva. Es un relato falso y verdadero. Históricamente es falso, nunca existieron tales personajes, no fueron creados como se dice en el relato. No obstante, es un relato muy bueno para explicar la naturaleza del ser humano: el deseo, la vergüenza, el poder de nombrar, la relación hombre-mujer, etc.
Y esto de la creación de relatos y su enseñanza como verdades literales es algo que hacemos desde niños. Enseñamos los relatos como si fueran verdad y así vamos entrenando a los pequeños para vivir en una mitología, creyéndose inocentemente cualquier cosa en el futuro. De adultos, eso permanece.

Ejerzamos la crítica de nuestro presente

En entradas anteriores hable sobre el ejercicio de la crítica. Repito las ideas básicas, y remito a dichas entradas: Momento crítico , El necesario cambio de Paradigma Civilizatorio y    Transformando las Inercias.

En todo momento nuestra visión del mundo se enriquece y/o contamina con ideas, son ideas que nos ayudan a actuar en dicho presente, resolver problemas anteriores y evitar problemas posteriores. Sin embargo, el mundo cambia a cada instante y lo que en el pasado fue solución hoy puede ser un lastre que hay que soltar.
¿Qué lastres venimos cargando en nuestro presente? Ejercer la crítica depurativa, esa que sopesa la pureza de cada idea que aun se sostiene en nuestro presente, es el camino. Una vez que hayamos depurado nuestro paradigma presente observaremos aquellas ideas esenciales con las que podremos construir un futuro sobre cimientos fuertes.


El pesimismo nos imbuye, aprendamos a crear utopias

Nuestros sueños, los sueños heredados de la modernidad, hoy son ya caducos. En efecto, la modernidad fundó una nueva religión: la salvación por la fe en el progreso (científico). Supuestamente mediante el progreso lograríamos erradicar los grandes males: el hambre, la guerra y la enfermedad. Algo falló, 80% de la humanidad sigue padeciendo al menos uno de esos tres males.
Ya nos habían avisado de que algo andaba mal los autores del romanticismo: Goethe, Wilde, Dostotievsky, Beethoven, etc. Pero era tal la fe en los avances científicos que no había forma de prestar oídos a sus intuiciones.
Aceptémoslo: esos sueños de progreso ya caducaron. Pero nuestra capacidad de soñar nuevas utopías y alcanzarlas no ha sido destruida.
Podemos aun crear utopías que nos inspiren para caminar. Sólo diré sobre ello que entre sus cualidades deberían estar elementos como: 
  • Democracia radical, 
  • Validación radical del otro tanto humano como cualquier ser vivo, 
  • Más espiritualidad, menos dogma
  • La virtud por encima del tener
  • Entender las infinitas correlaciones entre todos con todos, lo que hacemos al otro lo estamos haciendo a nosotros mismos

Asumamos la responsabilidad de nuestro presente

Nuestro paradigma caduco gusta de repartir culpas, con ello la tendencia es a linchar una y otra vez a individuos en lugar de resolver la situación que orilla a tales individuos a actuar en el modo no deseado. Seguir así no resolverá nada.
Nuestro presente proviene de actos pasados en los que todos, de algún modo, hemos intervenido. Mientras no asumamos que somos copartícipes de ello no habrá modo de que queramos hacer algo por resolverlo,   ...y regularmente buscaremos una "mano divina" que haga justicia.
Necesitamos asumirnos como corresponsables, necesitamos actuar en consecuencia.


Nadie externo nos salvará, somos los seres humanos los que habremos de construir nuestro futuro como especie y como miembros de una comunidad vital que tiene varios nombres, entre otros: Gaia, la Tierra.
Si 2012 era el último posible Apocalipsis con el que el "Reino de Justicia" llegaría, que el 2013 sea el inicio de una nueva generación de seres humanos que hagan finalmente realidad el advenimiento de la Humanidad como creadores de un mundo en el que sea deseable vivir.

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